Considero que mi tarea es convocarlos a verse junto a sus caballos y revisar su relación, para encontrar el vínculo acorde a una nueva manera de ver a los caballos.
No se trata de hacer cosas vistosas con los caballos si la percepción de uds sobre el otro (el caballo) aun no se a renovado. No es cuestión de trucos o de técnicas. Si han estado toda la vida martillando es natural que no me comprendan si les alcanzo un serrucho. Siento que no estoy aquí para contarles de un curso cada vez más especializado sobre cómo domesticar o manipular la amistad de sus caballos.
Las técnicas son sólo herramientas. En ese sentido las técnicas y las herramientas son lo de menos cuando no entendemos cuál es la tarea real, en referencia a nosotros mismos y la relación con los caballos.Primero deben entender el cambio de paradigma y permitir en ustedes mismos el espacio interior necesario.David
Diálogos II
Espero que todos puedan establecer un diálogo con el caballo. Es siempre muy movilizador cuando el caballo se reconoce escuchado y comienza a mostrarse como quien es. Creo que ese es una de las partes más hermosas del camino que nos toca recorrer ahora, junto a los caballos y los animales en general, pues en los actos de reconocimiento frente a la otredad es que todo termina de cobrar sentido o en palabras de Deleuze «y es que las nociones para la descripción del mundo permanecerían vacías e inaplicables, si el otro no estuviera ahí expresando mundos posibles»
Por supuesto nadie necesita saber de caballos para dialogar con ellos, quizá hoy día sea más necesario confinar todo lo que se sabe en el más absoluto olvido. Quién no tiene intención de controlar, sino de escuchar y comprender está muy cerca de entender a su caballo aun siendo la primera vez que ve un caballo en su vida.
«Un joven, que vivía junto al mar, amaba gaviotas. Cada mañana al amanecer iba a la playa y jugaba con ellas. Cientos de gaviotas venían a él, revoloteaban a su alrededor y se quedaban cerca suyo sin volar. Su padre le dijo: – He oído que a las gaviotas les gusta jugar contigo. Atrapa algunas pocas para mí, así puedo jugar con ellas también -. A la mañana siguiente, cuando el joven fue a la orilla del mar, las gaviotas se abalanzaron sobre en el cielo, pero ninguna descendió a él.» Lie Yukou
David Castro
Diálogos
El Líder de la manada y Ratoncito Pérez
Anarquía significa «sin líderes», no «sin orden»
V De Vendetta
En un estudio que se publicó recientemente sobre el concepto de liderazgo en las manadas de caballos, se encontró que no existen signos de que haya un individuo particular que se muestre «líder» en la manada, al que todos sigan, que inicie los movimientos grupales o que convenza a otros miembros del grupo para moverse más rápido. De hecho los investigadores¹ encontraron que la toma de decisión no era de uno sino que era «comunitaria», un consenso parcialmente compartido entre un grupo de caballos.
El reconocimiento de la importancia en la manadas del comportamiento afiliativo de los caballos ha sido hasta ahora soslayado por ser algo casi desconocido y difícil de comprender en nuestra sociedad moderna, tal vez.
Sé que te han dicho que los caballos tienen líderes, que el líder es importante y que tú debes serlo –incluso que si eres una persona “espiritual o evolucionada” los caballos te reconocerán como su líder natural. Como suele confundirse muchas veces jerarquía y liderazgo, probablemente estés confundido por lo que te han dicho y/o por lo que hayas observado (pues salta más a la vista una pelea o una imposición que otros comportamientos) de las jerarquías en los caballos domésticos. Esto mismo pasó con los lobos en donde la manipulación humana, en los grupos que se estudiaban, había causado la mayoría de los comportamientos emergentes o anormales que se registraban en esos grupos -y fueron tomados por normales en el comportamiento social de esos cánidos.
Los líderes en el negocio del liderazgo con los caballos², seguirán por mucho tiempo más con este supuesto, estimo, hasta que poco a poco vayamos explicándole a las personas cómo todo ese tema no fue más que una moda, o una confusión -como se comprobó respecto de los lobos.
Hoy día otro mito está siendo explicado, pues el tema del caballo líder (o la yegua madrina) es una proyección sobre los caballos, producida por la falta de conocimiento sobre otros tipos y modos de funcionamiento social, en los animales gregarios y sostenida por las personas que sin conocer en profundidad a los caballos dan esa información a sus alumnos y seguidores.
Si bien no están muy difundidos, existen estudios de la repercusión que el comportamiento afiliativo tiene en la sociedades humanas en donde esta muy desarrollado³ respecto de la falta de violencia, guerras, hasta la depresión y la drogas.
Solo es una cuestión del entorno en el que los caballos o los humanos nos criamos. Recuerda que si crías un animal social como un niño o un potrillo en un ambiente autoritario, jerarquizado o bajo el liderazgo de alguien lo aceptará como algo normal pero eso no quiere decir que haya nacido solamente con la capacidad para seguir a alguien, para la obediencia o para dar ordenes. Todo esto no es de extrañar pues se nos hace difícil comprender ciertas expresiones de la alteridad en lo social. En inglés existe el término togetherness por ejemplo que podría acercarse a esa sensación social afiliativa. Tengo un amigo que ha vivido entre ciertas comunidades de México que define a sus integrantes no como individuos sino como «fibras de comunidad»… Somos capaces también de otras formas sociales y de hecho los caballos, cuando tienen la posibilidad de hacerlo, son la prueba de que funcionan de maneras distinta a esa ideología jerárquica que proyectamos sobre ellos. ¿Será eso lo que los caballos pueden recordarnos a quienes gustamos de aprender de ellos y sobre ellos?
1 Si bien, hay otros, fueron investigadores Franceses los que publicaron el reciente estudio. He aquí el artículo http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371%2Fjournal.pone.0126344
2 Nos encanta creer en los cuentos bien contados sean sobre caballos líderes o ratoncitos amables, el problema no es la literatura fantástica de los «etólogos del liderazgo», domadores y otros especialistas ecuestres, el problema es nuestra credulidad. Así que los artículos sobre lo maravilloso del ejemplo de los caballos en el terreno del liderazgo y sus enseñanzas, seguirán escribiéndose en toda revista de equitación de la new age ecuestre por bastante tiempo.
3 Por ejemplo BODY PLEASURE AND THE ORIGINS OF VIOLENCE By James W. Prescott «The Bulletin of The Atomic Scientists», November 1975, pp. 10-20 La version en ingles esta aquí http://www.violence.de/prescott/bulletin/article.html#1
Comentarios
A mi me gustan los espíritus intactos, el de los caballos, el de los niños, el mio… Siendo la libertad una abstracción o concepto por el cual muchos han dado su vida, me gustaría considerarla con cierto respeto. Sigo creyendo e insistiendo en que la verdadera amistad con los caballos es la clave para la comunicación y la comunión, sin sometimiento, sin imposición. Solo este modo operante es la base efectiva para el mutuo aprendizaje y la libertad. Tanto para el caballo como para nosotros.David
Alike short film directed by Daniel Martínez Lara & Rafa Cano Méndez
Carta abierta en la Facultad de Ciencias Veterinarias.
“Es necesario re conceptualizar una serie de ideas que nos parecen naturales, como por ejemplo la noción de apropiación. La idea de que los humanos son sujetos políticos porque son dueños de sí mismos es una de las bases de la democracia moderna, pero de ahí se desprende que los humanos se pueden apropiar del resto del mundo. Tenemos que inventar formas alternativas de apropiación, tal como existe en otras cosmologías. Y aunque no las podemos reproducir, porque ninguna experiencia histórica se puede reproducir automáticamente, pueden servir de fuente de estimulación intelectual.
Mientras en Occidente pensamos que somos dueños y poseedores de la naturaleza, en el resto de las cosmologías es todo lo contrario: la naturaleza es dueña y poseedora de los humanos. Claro, no se puede decir así porque para ellos la naturaleza como tal no existe, pero el punto es que entienden que los humanos son parte de un sistema más grande del cual son responsables y que los no humanos son condiciones para que los humanos desempeñen sus actividades. Eso es lo que se encuentra en las comunidades tradicionales de los Andes, no muy lejos de aquí.”
Philippe Descola
Un alegato a la sensibilidad
Hace algún tiempo cuando decía que, quien cura una herida no necesariamente se ocupa de la salud de un animal¹, intentaba marcar la diferencia entre estar ocupado o preocupado por la salud, en la ausencia de bienestar del otro, etc. o solucionar puntualmente una situación de higiene o la restauración de un tejido. Lo segundo puede no implicar lo primero y eso hace una diferencia sustancial cuando tratamos con la salud y el bienestar animal. No hay problema en que un veterinario quiera participar de la industria de los animales, no hay una crítica en eso. El acento está, para mí, en cómo deberíamos considerar, en estos ámbitos académicos, a los animales pues se produce en la mayoría de nosotros una gran contradicción. Sobre todo cuando estamos aquí por el bien de los animales no humanos y nos vemos obligados a convivir con esa visión que aún rige algunos ámbitos académicos.
Recuerdo ese ejemplo del profesor que entra a su aula y coloca dos fotos en la pared y que cuenta:
El primer día de clase, pongo la fotografía de una heladera en una pared y la de un niño pequeño en la pared opuesta del aula y pido a los estudiantes que se paren junto a la fotografía que mejor representa sus sentimientos hacia sus caballos. Casi todo el mundo se mueve hacia el lado de la habitación con la fotografía del niño. Esa es la reacción intuitiva y no es una sorpresa. Pero después de algunas preguntas como: ¿Se puede comprar y vender a los niños? ¿Se pueden criar con fines de lucro? ¿Se puede practicar la eutanasia, si la condición es grave y la asistencia médica es demasiado cara? ¿Se puede obligarlos a competir o se los puede explotar de otras maneras? ¿Se pueden esterilizar para hacerlos más manejables?, -todas cosas que los propietarios de caballos dan por hecho-, los estudiantes comienzan a gravitar incómodamente hacia el lado «nevera» de la habitación…
Lo primero que debemos re pensar es que la consideración que tenemos de los animales es esta valuación que hacemos de ellos como objetos de comercio. Mientras los animales sean considerados un producto de la industria animal -quienes los vemos y los consideramos entidades subjetivas de la animalidad no humana- vamos a confrontar siempre con una contradicción respecto de los valores que nos trajeron aquí. Quienes consideremos la animalidad como una forma personificada de la vida nos vamos a sentir fuera de lugar en ciertos ámbitos académicos y vamos a tener que lidiar con muchas dificultades ajenas al proceso de enseñanza aprendizaje pero ligadas a la convivencia, la filosofía y la ética que prevalezcan en esos ámbitos. No pienso que todos tienen que sentir o pensar al respecto de los animales no humanos de la misma manera dentro de las facultades o institutos de ciencias veterinarias, pero sí creo que esos ámbitos deberían por lo menos no ser hostiles a los estudiantes y profesores amantes de los animales. De hecho, su postura ético filosófica no es contraria a práctica científica u opuesta al buen ejercicio de la profesión. Después, que cada uno resuelva en su intimidad sus propias búsquedas. Yo resuelvo en mi práctica diaria, el hecho de que la vida vive de vidas y prefiero comer una planta en vez de un animal o si comer una manzana y una semilla en vez de una zanahoria, yo veré si tengo que matar un mosquito o cazar una antílope. No voy a ser ni el primero ni el último humano que tiene que lidiar con eso, muchas culturas lo han resuelto ensayando diferentes ontologías. -Se sabe muy bien de la existencia de culturas humanas varias donde los animales poseían un status de igual y sin embargo, se los comían, no hay contradicción en ello, no había conflicto cultural o personal. Hay más conflictos hoy en nuestra cultura moderna que en la que ellos reproducían. Y no porque ellos ignoraran los sentimientos o la subjetividad animal, la tenían presente. Nosotros, aún ignorando eso desde los tiempos de la ilustración, tenemos muchos más conflictos. Lo que quiero decir es que negando a los animales su status no se acaba con los conflictos-. Bueno, en todo caso como dije, la alimentación (una cuestión personal o privada de cada uno o etica universal) es un tema de otra índole y ajeno al que estaba planteando sobre la necesidad de libertad de sentir o pensar y el maltrato ejercido hacia muchos alumnos, ayudantes, profesores en los ámbitos académicos.
Se que muchos están aquí porque les interesan los animales y los aman. También que muchos decidieron estudiar esta profesión porque son personas sensibles a la animalidad, empáticas, conectadas…que quieren hacer el bien a los animales a partir del aprendizaje de las artes curativas.
Entiendo también que es muy grande el precio que algunos de ustedes van a tener que pagar para aprender esas artes, esto lo sé desde mi propia experiencia y de la experiencia de muchas personas del ámbito muy cercanas, que en distintos momentos me lo han comentado. Entre otras cosas, me refiero a que a algunos de ustedes van a considerarlos demasiado cuestionadores, demasiado inteligentes, no convencionales pero sobre todo demasiado sensibles, demasiado conectados, demasiado preocupados del otro, del animal.
Lamentablemente la mayor parte de lo que se aprende hoy día en los claustros como este, de todo el mundo no es para salvaguardar a los animales o ayudarles, es para salvaguarda y en pos de las grandes industrias que trabajan con ellos.
Pensándolo desde un marco biológico, incluso muchos podemos llegar a la conclusión de que los animales no lo necesitan, ellos no nos necesitan. Más bien es todo lo contrario, lo que necesitan es que los dejemos en paz, que les devolvamos sus espacios, que les permitamos convivir con otras especies…que los liberemos. Tal vez, conozcan esa frase de Jonas Salk que dice «Si desaparecieran todos los insectos de la tierra, en menos de 50 años desaparecería toda la vida. Si todos los seres humanos desaparecieran de la tierra, en menos de 50 años todas las formas de vida florecerían». No se cuál sería la función principal de la ciencia veterinaria o mismo de la biología, sino preservar, investigar y fortalecer la Vida. Creo que es el camino que yo elegiría si estuviera dedicado a estudiar las artes curativas o la comprensión de las manifestaciones de la vida en el planeta. ¿Qué sentido tiene una ciencia de la vida si su objetivo no es cuidarla y defenderla, acaso se puede estudiar para terminarla y destruirla ? Como dice de Giorgio La ciencia animal sin ética animal se convierte en una ciencia oscura, que busca justificación para la explotación de la animalidad.
Como decía, los animales no necesitan de nosotros. Suena muy degradante que hoy nos tengan que pedir permiso para su existencia. Dentro del marco natural, los animales deben convivir con el sufrimiento, con las enfermedades, con el dolor y están bien preparados también para sanar, para sobrevivir en su mayoría. Es ese sentido también se puede decir que es poco lo que necesitan de nosotros. Hemos estado abusándolos y esclavizándolos durante milenios y es por eso que gran parte de lo que es necesario hacer hoy con ellos tiene que ver con la libertad, con el respeto, con habilitar en nuestra cultura las distintas expresiones y manifestaciones de la animalidad (quizá también en nosotros mismos), con permitir su existencia.
Creo de todas maneras que es mucho lo que se puede, desde las ciencias veterinarias, hacer en ese sentido. Me parece importante que personas con vuestra sensibilidad decidan recorrer este camino. Es en el compromiso con sus deseos y el interés en asistir a la vida y a los animales que veo la posibilidad de un cambio en los claustros.
Por otro lado, cuando se les advierta (directa o indirectamente) que con “esa sensibilidad” ustedes no van a poder desarrollarse en el ejercicio de la profesión correctamente, cuando se plantee que ejerciten cierto tipo de objetividad (que les permitirá trabajar mejor), pongan atención en no desconectarse y perder la sensibilidad o caer en la objetivación del otro. Desconfíen de la argumentación falaz que los descalifique “científicamente” por su sensibilidad, su empatía o subjetividad. Lo contrario es más cierto, la sensibilidad y la empatía son enriquecedoras de una ciencia muchas veces fría y mecanicista. La futurología aplicada a el modo de ser de alguien es solo desconocimiento de la riqueza de manifestaciones de lo humano. El que yo pueda hacer o no hacer ciertas cosas depende de mis decisiones, habilidades, empeño, capacidad y no necesito ni tengo que desconectarme de mi sensibilidad para lograrlas. La insensibilización no es el camino a la riqueza personal, o al conocimiento sino más bien a la pobreza de espíritu o de humanidad. En general eso es una metodología para crear soldados, personal sin ética o sensibilidad hacia el otro o para crear obediencia. Gente que tiene que cumplir funciones sin sentir o sin plantearse lo que pasa, sin preguntarse que es lo que le está pasando al otro.
Sabemos que la ciencia veterinaria, en este momento, trabaja, está sostenida y subsidiada por las grandes industrias que la necesitan. Sabemos que la industria alimenticia, la industria cárnica, la industria farmacéutica, la industria del deporte ecuestre, por ejemplo, hacen posible que haya mucho trabajo, para algunos veterinarios, mucho dinero en juego para algunas investigaciones y algunas prácticas profesionales…por el momento no pretendo la abolición de eso, pero me parece importante que si hay algunos de ustedes que desean tener otro tipo de tarea en el ámbito de la ciencias veterinarias, que sienten que no necesitan dejar de amar a los animales para poder curarlos o que no necesitan cuestionarse la posesión de un fuerte sentido de la ética o su moral propia para aprender las artes de la curación animal, creo que debería haber un espacio académico mas propicio para eso. Me parece que las ciencias veterinarias son un abanico de conocimientos y técnicas muy amplio en las ciencias animales, es muy probable que todos los interesados en ellas puedan convivir con el conocimiento necesario para dejar de tratar a los animales como meros alimentos sin procesar, recursos de la industria o entidades subordinadas a la producción y la economía. La industria alimenticia puede tener sus aprendices y cultores, que son bien necesarios en la sociedad actual, pero lo que también necesitamos son personas que investiguen, que curen, que interpelen la animalidad y puedan hacerlo libremente y no subordinados a la ciencia esclava de la industria animal. Sé que esas personas existen y muchos podrían ser ustedes. Personas y ámbitos que permitan la alteridad, que alienten otras posturas frente a los animales no humanos, que profundicen en los conocimientos científicos desde un fuerte sentir de la ética animal. Una ciencia veterinaria al servicio de los animales.
David Castro 6 de Junio de 2017
1. ver mi artículo Animals Matter
La verdad última del binomio
«La verdad y los caballos

«Me argüía que, si el uso de la palabra tenía por fin hacer que nos comprendiésemos unos a otros, este fin fracasaba desde el instante en que alguno decía la cosa que no era; porque entonces ya no podía decir que nadie le comprendiese, y estaba tanto más lejos de quedar informado, puesto que le dejaba peor que en la ignorancia, ya que le llevaba a creer que una cosa era negra cuando era blanca, o larga cuando era corta».
«Un viaje al país de los Houyhnhnms». Jonathan Swift, Viajes de Gulliver
recreativas o similares con él, es otro el asunto. El problema no es la similitud que tenemos con el caballo en este aspecto del rechazo de lo desagradable sino que, a diferencia de los caballos, las personas manejan conceptos y viven guiados por ellos. Tenemos un lenguaje verbal, conceptual, muy desarrollado y dentro de esa riqueza de lenguaje existe algo que se llama mentira o engaño e incluso auto engaño, es aquí donde yace la diferencia con los animales. Los
conceptos y las ideas nos generan emociones, que pueden ser agradables o desagradables, alegría, sufrimiento, etc. La mayoría de las personas por esta “ley básica de la naturaleza”, prefieren creer una mentira si esta es reconfortante como dice H. L. Mencken, «Es de naturaleza humana rechazar lo verdadero pero desagradable y abrazar lo obviamente falso pero reconfortante.»
La ilusión social generaliza sobre los caballos nos permite transitar sin responsabilidad, y sin culpa por el mundo de las actividades ecuestres. Esta ilusión es reforzada por la ignorancia, los intereses egoístas, comerciales, los miedos o, simplemente, la falta de compromiso o responsabilidad.»
Seres improntados
Marcado en el cuerpo
Mediante este tipo de impronta de violencia velada -pues hoy día la práctica espartana nos resulta tan desagradable e incorrecta como el trabajo infantil- se nos dice, claramente, que nuestra vida y nuestro cuerpo (como el de los caballos) nunca nos van a pertenecer del todo, pues deberá estar siempre disponible o al servicio de las instituciones que nos vieron nacer.
Ps Les dejo es video que me pareció consonante
Milk
Si la criatura no recibe amor, no produce amor; su sistema libidinal se
estanca, se inhibe, queda reprimido; entonces se produce el contra efecto de esta contención, la agresividad y la violencia. Como la represión del amor se produce de manera invisible, también se hace invisible el origen de la violencia y del fratricidio, lo que permite presentarlos como naturales, e insertar el discurso del tánatos innato, de la naturaleza violenta del ser humano y su
predisposición para la guerra. Así es como se puede, sin negar formalmente el amor materno ni la ternura, cambiar la capacidad de amar y la capacidad para la ternura, por la capacidad para dominar y para ejercer la crueldad. Sustraído el sistema libidinal de la organización humana, se introduce la dominación y la guerra.» Casilda Rodrigañez
ilustres reyes guerreros semitas. Del período de su reinado data la epopeya babilónica del dios solar Marduk, cuya victoria sobre Tiamat, la antigua diosa del océano primigenio, marca el momento en el que en esa parte del mundo se produjo el decisivo paso de transferir hacia una variedad de dioses tribales políticamente establecidos la anterior lealtad a la diosa universal de la
naturaleza.
profundo de su ser, luego pronunció un hechizo mientras avanzaba
hacia él. Sin embargo, Marduk extendió su red y la atrapó, le aplastó el cráneo con su maza inmisericorde, y con su cimitarra la partió en dos mitades como a un pescado. De una mitad hizo la cubierta para el cielo, a fin de que las aguas no pudiesen escapar, y colocó la otra sobre las profundidades abisales. Cuando hubo concluido este trabajo de creación, asignó un lugar a los dioses: a unos el Cielo, a otros la Tierra y el Abismo. Por último, creó al Hombre para que sirviese a los dioses, de modo que éstos reposaran a su gusto.
medio del lujo: no como personificaciones de las energías según su manera de operar, sino como inquilinos de lujo, que requieren criados. Y el Hombre, en consecuencia, ya no es un niño nacido para florecer en el conocimiento de su propia porción eterna, sino un robot diseñado para servir.
3_ Esto estaría sembrando las bases para la agresividad y la competencia
necesarias para la guerra o una sociedad basada en la competencia y
no en la cooperación. Y luego, como en los potrillos, todo estará ahí para ser útil al servicio del sistema. Algo que siempre se había considerado innato se descubre hoy que es y puede ser generado con la separación del bebe del cuerpo de su madre. Dice Casilda Rodrigañez en el prologo de su libro «se ha comprobado que hay un programa neurológico que se pone en marcha en circunstancias de alerta o de defensa, y que automáticamente cierra el programa que regula el metabolismo basal en circunstancias normales; el
programa de defensa activa un sistema neuroendocrino y un sistema
neuromuscular específicos para que el organismo entero se disponga
a huir o a luchar contra la circunstancia desfavorable. Las criaturas separadas de sus madres, se encogen, tiemblan de pánico, descienden la temperatura corporal, sufren alteraciones del ritmo cardíaco y respiratorio, incluso padecen apneas, y, en fin, todo su pequeño cerebro es invadido por descargas de glucocorticoides (cortisol, hormonas del stress…) y de adrenalina (hormonas del miedo), creando una toxicidad neuroquímica que va a ser determinante en la formación de las vías neurales, es decir, en el sistema neurológico y neuromuscular que están en periodo de formación. En otras palabras, va a determinar si la criatura tendrá una estructura caracteriológica para vivir en armonía con sus semejantes o si va a tener una estructura para vivir en tensión y en competencia. “La Represión del deseo materno y la generación
del estado de sumisión inconsciente”.
Día de los trabajadores. De 1330 al Mayo de 1886

Circa 1886
Hacía ya casi cincuenta años que la esclavitud había sido abolida, no era necesaria y un nuevo tipo de pieza estaba ocupando paulatinamente su lugar en la megamáquina.
Poco a poco, la máquina puso al hombre en movimiento: en 1900, un trabajador francés, no empleado en la agricultura, alcanzaba en promedio 30 veces más kilómetros que su homónimo en 1850. Llega entonces el fin de la Edad de Hierro y a la vez el de la Revolución Industrial. La capacidad de moverse se sustituye por el recurso de los transportes. El hacer en serie reemplaza al savoir-faire, la industrialización se convierte en norma. En el siglo XX, el hombre pone en explotación gigantescas reservas naturales de energía. El nivel energético así logrado establece sus propias normas, determina los caracteres técnicos de la herramienta, más aún, el nuevo emplazamiento del hombre. A la obra, a la labor, al trabajo, viene a agregarse el servicio de la máquina: obligado a adaptarse a su ritmo, el trabajador se transforma en operador de motores o en empleado de oficina. Y el ritmo de la producción exige la docilidad del consumidor que acepta un producto estandarizado y condicionado. A partir de entonces, disminuye la necesidad de jornaleros en el campo y el siervo deja de ser rentable. También el trabajador deja de ser rentable, desde que la automatización logra por medio de la industrialización la franca transformación que la producción en masa ha perseguido. Ivan Illich, La conivivencialidad (1973)
Una vez redefinida la labor y redefiniéndose el bienestar, redefinida la libertad y la independencia, redefinido el saber, ya nunca más fueron necesarios el látigo, la cadena o el grillete. Durante la centuria previa hasta la tortura fue redefinida. Su elemento se había conservado del pasado, pero no era ya el elemento mismo en sí. Tripaliare significaba torturar sobre el trepalium -mencionado en el siglo VI como un armazón formado con tres troncos, fue el suplicio que reemplazó en el mundo cristiano al de la cruz-. Este artefacto dio nombre a uno de los inalienables «derechos para todos los hombres”.
Aún en el siglo XII la palabra trabajo significaba una prueba dolorosa, pero varios siglos más tarde estos hombres y mujeres apenas lo sentían, pues aun cuando fueron aniquilados los otros modos de subsistencia, los ciudadanos comenzaron a creer que tener un trabajo valía las penas, la degradación y la falta de independencia.
En las fábricas y las salas de trabajo, las horas se sucedían insalubres durante la jornada. Las piezas y los elementos de la cadena de ensamblaje solo tenían el aspecto de humanos, pero la falta de gestos vitales y creativos no dejaban (ni dejan hoy día) dudas al respecto, son solo meras piezas de carne, sangre y tripa de la máquina industrial.
El uso del reloj se ha generalizado para esta época y con él, el tiempo se materializa.
Coulton está de acuerdo con Sombart en considerar a los Benedictinos, la gran orden trabajadora, como quizá los fundadores originales del capitalismo moderno: su regla indudablemente le arranco la maldición al trabajo y sus enérgicas empresas de ingeniería quizá le hayan robado incluso a la guerra algo de su hechizo. Así pues no estamos exagerando los hechos cuando sugerimos que los monasterios —en un momento determinado hubo 40.000 hombres bajo la regla benedictina— ayudaron a dar a la empresa humana el latido y el ritmo regulares colectivos de la maquina; pues el reloj no es simplemente un medio para mantener las huellas de las horas, sino también para la sincronización de las acciones de los hombres.¿Se debió al deseo colectivo cristiano de proveer a la felicidad de las almas en la eternidad mediante plegarias y devociones regulares el que se apoderase de las mentes de los hombres el medir el tiempo y las costumbres de la orden temporal; costumbres de las que la civilización capitalista poco después daría buena cuenta? Quizá debamos aceptar la ironía de esta paradoja. En todo caso, hacia el siglo XIII existen claros registros de relojes mecánicos, y hacia 1370 Heinrich von Wyck había construido en París un reloj “moderno” bien proyectado. Entretanto habían aparecido los relojes de las torres, y estos relojes nuevos, si bien no tenían hasta el siglo XIV una esfera y una manecilla que transformaran un movimiento del tiempo en un movimiento en el espacio, de todas maneras sonaban las horas. Las nubes que podían paralizar el reloj de sol, el hielo que podía detener el reloj de agua de una noche de invierno, no eran ya obstáculos para medir el tiempo: verano o invierno, de día o de noche, se daba uno cuenta del rítmico sonar del reloj. El instrumento pronto se extendió fuera del monasterio; y el sonido regular de las campanas trajo una nueva regularidad a la vida del trabajador y del comerciante. Las campanas del reloj de la torre casi determinaban la existencia urbana. La medición del tiempo pasó al servicio del tiempo, al recuento del tiempo y al racionamiento del tiempo. Al ocurrir esto, la eternidad dejó poco a poco de servir como medida y foco de las acciones humanas. Lewis Mumford, Técnica y Civilización (1934).
La masa camina enjuta y orgullosa y todos desean una vida «digna» e «igualitaria», pues ellos son hombres y mujeres que trabajan por su salario.
En 1810, la unidad de producción corriente en Nueva Inglaterra era todavía el hogar rural. Salazón y conservas; velas y jabones, hilado tejido, confección de zapatos, de edredones y de tapices, cría de aves y cultivos de huertos, todo eso se efectuaba en el espacio doméstico. El hogar norteamericano podía también obtener algún dinero de la venta de sus productos y de empleos ocasionales de sus miembros, pero era ampliamente autosuficiente. Aun cuando el dinero pasaba efectivamente de mano en mano, la compra y la venta se hacían frecuentemente con base en el trueque. En la autonomía doméstica las mujeres tenían un rol tan activo como el de los hombres. Llegaban a emplearse de tal manera que llevaban a casa casi el mismo salario que ellos. Económicamente eran también las iguales de los hombres. Por lo demás, tenían por costumbre los cordones de la bolsa. A la vuelta del siglo, se consagraban también activamente, como los hombres, a alimentar, vestir y equipar a la nación. En 1810, en el Norte de los Estados Unidos, 22 metros de lana sobre 23 eran de origen doméstico. En 1830, ese cuadro cambió. La agricultura comercial comenzó a reemplazar a las granjas que subsistían por sí mismas. El salario se había vuelto corriente y depender de un trabajo asalariado ocasional comenzaba a resentirse como un signo de pobreza. Illich, El trabajo Fantasma(1980)
Las empresas gigantes conquistaron los mismos derechos legales que los ciudadanos vulgares y silvestres.La Suprema Corte de Justicia anuló más de doscientas leyes que regulaban y limitaban la actividad empresarial, y al mismo tiempo extendió los derechos humanos a las corporaciones privadas. La ley reconoció a las grandes empresas los mismos derechos de las personas, como si ellas también respiraran: derecho a la vida, a la libre expresión, a la privacidad…
A principios del siglo veintiuno, así sigue siendo.
Señor Corporación, de Espejos. Una historia casi universal. Eduardo Galeano
La jornada se divide desde esa fecha conmemorativa, en ocho horas para descansar y dormir, ocho horas para el trabajo asalariado y ocho horas para el trabajo fantasma.
David Castro.
Bibliografía y citas. Ivan Illich, Obras Reunida I y II, Fondo de cultura economica. Lewis Mumford, Técnica y Civilización (1934). Alianza